Esta mañana, en mi oficina de atención a la ciudadanía en Tlaxcala, fuimos víctimas de la delincuencia.
Además del allanamiento a la oficina, de haber roto cerraduras y destruido las protecciones, se robaron diversos equipos de cómputo que incluía información relacionada a la elección en la que competí para ser senadora, mis labores legislativas y las actividades de gestión en beneficio de las y los tlaxcaltecas.
Seguiremos los cauces legales y cumpliremos con la responsabilidad de presentar la denuncia, no obstante, permanecen los sentimientos de impotencia, de vulnerabilidad ante el riesgo delincuencial y la sensación de que la inseguridad pública sigue en aumento.
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